Por otro lado, se tienen las llamadas “Visitas” que consisten en que a las 19:00 un representante recoge la imagen del templo para llevarla a una zona de Quillacollo, donde se realiza la misa y al día siguiente la Virgen es llevada a los domicilios del barrio.
En cada casa se arma un altar, donde los devotos oran por la familia de ese hogar. La Virgen suele recorrer entre 10 hasta 20 domicilios, como una forma de mantener el sentido religioso y que no se trate de una fiesta pagana, comentaron los devotos.
“Me siento muy dichosa por acoger a la Virgen por segundo año consecutivo. Yo crecí en Quillacollo y mi familia y yo somos muy devotos de ella. Es una experiencia bonita”, señaló la creyente que tenía la imagen en su casa ayer, Teresa Gastelú.
Esta actividad finalizará el 31 de julio y esa misma fecha se dará inicio a las misas por vicarías y de las advocaciones marianas, informó Villavicencio.
A menos de un mes de la festividad, la Virgen de Urkupiña en el templo de San Idelfonso ya recibe a los peregrinos. Algunos llegan del interior del país, principalmente de Santa Cruz. La mayoría pide salud, trabajo y bienestar familiar.
Los Tiempos
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