— Vivía en la calle Bolivia en Buenos Aires. Decidí apropiarme del nombre de la calle de mi barrio porque era un estilo muy callejero el que hacía en ese entonces. Luego le di nuevas significaciones: por ejemplo, me pareció que una palabra de la que se abusa mucho es la de Miss, que es importada, imperialista y denota estatus. Se me ocurrió poner al lado de Miss la palabra Bolivia, me parecía que le hacía justicia porque era adjudicar un nombre propio de un pueblo que admiro mucho, un pueblo revolucionario y a la vez tan reconectado con la tierra. Me parecía justo ponerme Miss Bolivia y así no evitar hacer una crítica a los certámenes de belleza que son tan tóxicos y afectan a un sector muy vulnerable, que son las jóvenes. Con estos estándares de belleza y estos parámetros que transmiten.
— ¿La comunidad boliviana en Argentina la reconoce por su nombre?
— Hay muchos seguidores y seguidoras de la comunidad que son hermanos bolivianos. Estamos siempre con el máximo respeto de un lado y el otro. Alguna vez alguien se me acercó a preguntarme por qué del nombre como un poco a la defensiva, para ver si yo estaba haciendo una burla. En seguida la gente se da cuenta de que de ninguna manera podría estar haciendo algo así. Siempre es algo muy fraternal el acercamiento.
— ¿Qué género explora con su música?
— Los ritmos de base son cumbia, reggae y rap, pero siempre sigo agregando nuevos estilos, últimamente más funk, house y bueno el folklore. Practico una especie de promiscuidad musical y me gusta transitar respetuosamente por todos los estilos a través de la fusión.
— ¿Cuál es la principal característica de su nuevo disco?
—Estoy con el tercero, pero ya preparo el cuarto. El tercer álbum se llama Miau, es muy sentido porque transita entre la militancia y los derechos. Es una militancia bastante amplia. Cuento historias de mi vida personal e imaginarias. Hay ficción y realidad en todas las canciones y están atravesadas por militancia de género y los derechos humanos, que siempre es mi compromiso. Se puede ser poético, pero a la vez seguir luchando.
— ¿Cuándo sale su nuevo material y cómo se llamará?
— Todavía no lo puedo decir, pero va a salir en mayo de 2016; estoy haciendo maquetas en estudio. Voy a hablar del amor, porque me di cuenta de que el amor es la clave de todo. Además, el 30 de mayo voy a estrenar el videoclip del nuevo corte de Miss Bolivia, que se llama Bien Warrior, que lo rodé en una fábrica y reivindica a las mujeres obreras.
— ¿Qué características va a tener el recital en Santa Cruz?
— Vamos a hacer un repertorio que atraviesa por el primer y segundo disco con lo que más le gusta a la gente. Presentaremos un adelanto de lo que se viene en el concierto en Santa Cruz. La conexión que tengo con Bolivia no se puede decir con palabras, sería muy difícil, se siente. Siento a la Pachamama más fuerte que en ningún otro lado. Es mi fuente de inspiración.
La Razón
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