De acuerdo con un boletín de la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA), los bailarines japoneses se han incorporado sobre todo a distintos grupos de tinkus y caporales de La Paz, Cochabamba y Oruro. A ellos se suman otros voluntarios que presenciarán la entrada.
Los jóvenes japoneses que llegan a Bolivia para trabajar sobre todo en entidades educativas, de salud y desarrollo agropecuario, se identifican con las manifestaciones culturales y folklóricas de Bolivia, muchas de las cuales les recuerdan las suyas.
Página Siete
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