La fiesta religiosa de la Virgen de Guadalupe tuvo lugar el pasado lunes 8 de septiembre, pero este fin de semana se tiene prevista la entrada. El recorrido comprende casi cinco kilómetros y hasta última hora estuvo marcado por la polémica.
Los dirigentes de la Asociación de Conjuntos Folklóricos amenazaban con boicotear la fiesta si la municipalidad no accedía al pago del 40% de las recaudaciones por venta de puestos. La negativa del alcalde Moisés Torres a esa petición se impuso finalmente, tras un arreglo y un compromiso del burgomaestre de dotar a los folkloristas de una sede oficial.
La entrada de la Virgen atrae a miles de espectadores que pugnan por conseguir un sitio a lo largo del recorrido. La venta de estos puestos desde hace varios años se ha caracterizado por el disturbio y el desorden.
Ayer bailaron las agrupaciones estudiantiles y delegaciones de provincias, mientras que hoy la entrada será de las agrupaciones tradicionales. Debido a la gran movilización de personas, las autoridades locales emitieron una ordenanza declarando ayer medio feriado, para facilitar así el desplazamiento de la población para la fiesta.
Página Siete
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