Santa María en el Monte Carmelo, referida comúnmente como
Virgen del Carmen, Patrona de Bolivia, reunió a una multitud de
feligreses ayer en la plaza Del Granado de Cochabamba para la fiesta de
la deidad, en una mezcla de tradición y devoción.
El templo de
Santa Teresa fue el encuentro de los devotos que, desde tempranas horas
de la mañana, fueron llegando con ofrendas florales y llevando sus
figuras de la virgen para formar parte de la misa programada por la
fecha.
Así también comerciantes, vendedoras de las tradicional
pastelería de fechas religiosas, se posicionaron en los alrededores del
templo para ofrecer rosquete, maicillo, roscas, suspiros, galletas,
entre otros.
El templo estaba repleto, muchas personas permanecieron afuera mientras se celebraba la misa en espera de la procesión.
Uno
de los pedidos que se le hizo a la también Patrona de las Fuerzas
Armadas no se vio exento del tinte político coyuntural del país de cara a
las elecciones generales, a realizarse en octubre próximo.
El
Padre Linton Guzmán, capellán del templo y director del museo convento
Santa Teresa, afirmó que “no nos hemos cansado de pedirle unidad para
Bolivia, estamos cerca a unas elecciones en nuestra región y queremos
que haya mucha paz entre los bolivianos”.
La Virgen empezó su
tradicional procesión, que recorrió la calle Baptista hasta la Plaza
Principal, continuando por la España para retornar por la Mayor Rocha,
reingresando a la Baptista hasta el templo de Santa Teresa.
La mencionada ruta se paralizó por unas horas, ante la presencia de un centenar de parroquianos que siguieron su recorrido.
Al
menos una decena de autos, decorados con motivos autóctonos y detalles
tradicionales evocando prosperidad, formaron parte de la caravana, que
fue despedida del templo con pañuelos blancos y globos rojo, amarillo y
verde por niños de la Unidad Inicial Cochabamba y jóvenes del Centro
Educacional Boliviano Argentino, otorgando colorido, combinándose entre
pétalos de flores que caían de los balcones de domicilios de los
vecinos, que no quisieron quedar indiferentes para decorar al recorrido
de la deidad.
Las tonadas de Falderos Band, con temas como “¡Oh!
María”, “Salve, Salve” y “A nuestros pies madre”, acompañaron a la
peregrinación, ante el asombro de transeúntes, que aprovecharon para
registrar ese momento en una foto o en video a través de sus smartphones
(celulares inteligentes), seguido de una persignaron ante la Virgen.
No
faltaron, durante el recorrido, las miradas contemplativas de hombres y
mujeres, dueños de negocios y vecinos de los alrededores con algún
pedido u oración durante la advocación de la imagen religiosa.
Durante
la caravana muchos de los presentes arrojaban a la Virgen la flor
Violeta del Alpes, que al caer al asfalto fue motivo de quitoneo por los
devotos presentes. Se trata de una variedad floral que, según
explicaron algunos de los presentes, solo florece una vez al año durante
esta época y es especial por tener el “toque de la Patrona de Bolivia”.
Santa
María en el Monte Carmelo terminó satisfactoriamente su recorrido,
seguida por sus parroquianos, ante miradas de angustia, esperanza e
ilusión que acompañaban a las oraciones de ciudadanos que coincidieron
con ella en su paso por algunas calles de la ciudad.
Ayer en la noche continuó su festejo, en la iglesia de San Antonio para la población en la zona de la cancha.
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