El brillo de las Entradas folclóricas, de las fiestas patronales, y el
de una diversidad de festejos proviene del talento de hábiles artesanos
que, generación tras generación, han plasmado en los imponentes trajes
de diablada, caporales y la morenada, una diversidad de diseños
ancestrales, multicolores y modernos que requieren una dedicación total
al oficio de vestir a los fraternos.
Daniel Hilaquita, en calidad de representante de Bordados Bolivia, vino
desde La Paz hasta Tarija trayendo los trajes de morenos para las
Morenadas: Intocables, Fanáticos, y Señorial Illimani, gracias a un
convenio que se realizó entre Bordados Bolivia y la Asociación
Folclórica de la Entrada de la Integración.
El bordador nos adelantó que para el 2015 nuevamente vestirán a las Fraternidades chapacas.
En
esta oportunidad se requirieron las variedades de trajes de “galán,
super galán, achachis y supera achachi”, que según nos comenta Hilaquita
se confeccionaron especialmente para las Fraternidades tarijeñas, en
sus colores representativos.
Esto acorde al artesano entrevistado, es
un avance pues la cultura que antes era exclusiva de La Paz, ahora se
vive hasta en el último departamento del sur de Bolivia, e incluso en
distintas regiones de cada continente “donde existen las Fraternidades”.
La tecnología aún es de poca ayuda para confeccionar los trajes
folklóricos, salvo algunas prendas donde se combinan máquinas y
manualidades, puesto que los detalles no tendrían el mismo efecto sin
las manos artesanas
Antes se realizaban más diseños planos pero ahora
se hace una especie de modelo “sándwich” que intercala lentejuelas,
perlas y otras perlas, dando más volumen y efecto de tres dimensiones al
diseño del traje.
El chaleco, las mangas y el pollerón, son los
componentes del traje de la morenada, el peso es de unos 15 quilos, pues
a medida que avanzó el tiempo el peso se fue reduciendo, pese a ello la
confeccion de un solo traje toma 30 días, mientras el trabajo aumenta
en temporada alta.
“En La Paz el oficio tiene mucha competencia, por
lo que muchos colegas han migrado hasta Tarija para emprender sus
propias empresas de bordado”, expresó Hilaquita a tiempo de indicar que
conoce de bordadores que han traído este oficio hasta nuestro
departamento.
Si bien el trabajo es intenso en los talleres de
bordado durante el Carnaval, la actividad no se detiene durante el año,
por los pedidos de trajes para las entradas de las festividades
religiosas. Los talleres explicaron que los diseños que más predominarán
son los de arañas, dragones, víboras y combinados.
Sin embargo, el
precio de todos los trajes varía de acuerdo al modelo y el diseño de las
figuras. Otro factor que incide en el costo de las confecciones es el
tipo de tela que se utiliza. Hay quienes son exigentes y en una
oportunidad pidieron materiales reflexivos.
Los materiales que se emplean más son las lentejuelas y las perlas, en colores dorados, azules, verdes y lilas.
El País
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