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Matracas distinguen a las fraternidades de los morenos

Las matracas de los morenos que bailaron ayer en la Entrada del Señor Jesús del Gran Poder caracterizaron a muchas fraternidades. Los diseños de estos instrumentos musicales representaban desde las actividades  de los danzarines hasta las obras de transporte de las autoridades.

En el sexto lugar ingresó la morenada Señor de Mayo, del Transporte Pesado, luciendo como matracas camiones Volvo, que representaban el trabajo diario que ellos realizan. Los acompañaba la Única Banda Espectacular Poopó, con sus trajes blanco y rojo.
Matracas distinguen a las fraternidades de los morenos

Una fraternidad después avanzaba la morenada Comercial Eloy Salmón. Las mujeres de polleras que estaban a la cabeza del grupo hacían girar unas pilas Rayovac de gran tamaño. Más atrás también giraban como matracas televisores y radios, aparatos que se ofertan en la calle de la que estos bailarines tomaron el nombre.

En el puesto 16 estuvieron los Verdaderos Rebeldes del Gran Poder. Sus trajes de morenos con vivos lilas eran completados con los biberones que traían como matracas. Unos decían que el biberón representa que son nuevos en la entrada, otros que no era así, que simplemente representaba a la fraternidad, algunos no sabían qué contestar, pero todos los morenos los blandían al ritmo de las trompetas, los platillos y el bombo.

La misma fraternidad tenía matracas en forma de corazones lilas con los bordes decorados con la tricolor. Los wacatocoris Aymaras de Bolivia, si bien no bailaban morenada, las mujeres llevaban en sus manos los recipientes metálicos en los que se transporta la leche. Había unas pocas que en la otra mano tenían latas de cerveza o las sobaqueras de Café Coñac Tres Plumas.

Cuando los Verdaderos Rebeldes pasaron por uno de los palcos oficiales le entregaron al vicepresidente Álvaro García Linera uno de los instrumentos en forma de corazón que la autoridad hizo sonar rítmicamente.

Antes había ocurrido un incidente, cuando un bailarín de la Poderosa Plana Mayor hizo girar con vehemencia su matraca, la cual salió volando pero sin lastimar a nadie. El moreno, sonriente, la recogió del suelo y continuó bailando.

 También en este lugar  la Oficialía Mayor de Cultura obsequió 200 matracas con forma de los buses PumaKatari, para manifestar que estos vehículos ya son parte de la cultura paceña.

En la esquina de la calle Antonio Gallardo y Sebastián Segurola estaba sentado Fernando Cajías, concentrado en no perder la oportunidad de fotografiar a unas damas que lideraban a la morenada Juventud Rosas de Viacha Los Legítimos. En su opinión la Entrada tiene "cambios leves” cada año, uno de ellos es la mayor participación de mujeres entre los bailarines.

 Las mujeres de la fraternidad que él observaba traían como matracas réplicas del traje que ellas vestían. Lo mismo ocurría con los morenos.

Página Siete

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