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Ch’ila Jatun, contra viento y marea

Los Ch’ila Jatun tienen como fecha de nacimiento público el 15 de enero de 2005 y como ciudad Cochabamba, aunque sus inicios están marcados  allá por el año 2000, cuando los quinceañeros Benjamín Frontanilla Hermosa y Gonzalo Hermosa aprendían a tocar guitarra y se reunían con sus pequeños primos hermanos, Ulises y Luis Hermosa, e incitaban a Jhonatan, que entonces tenía sólo seis años, a que los acompañe cantando como su padre: Elmer Hermosa, la gran voz de los insuperables Kjarkas.
Ch’ila Jatun, contra viento y marea


Como nadie es profeta en su tierra, el primer concierto que dieron y donde hicieron gala de sus propias composiciones, fue en la ciudad de Potosí, para las bodas de plata del colegio Aniceto Arce.
Superada su primera prueba de fuego --como ellos afirman en su página web--, y para satisfacer las expectativas que comenzaron a generar en el público, se propusieron grabar su primer disco, para lo cual armaron un estudio casero de grabación.

Es ahí cuando sus padres y tíos, todos integrantes de Los Kjarkas, se dieron cuenta que debían apoyar el amor por la música folclórica que les habían heredado a través de su sangre.

Es así que “América Sur”, su primer disco compuesto por catorce canciones, se presentó el  31 de julio de 2008 en el centro de convenciones “El Campo”; presentación a la que asistieron más de mil personas.

Dos años después graban su segundo álbum “K’anchay”, que contiene once canciones creadas por Gonzalo Hermosa Camacho y Gonzalo Hermosa Gonzales.

En marzo de 2013 los Ch’ila Jatun lanzan su video “No sabes amar” y en octubre del mismo año sacan su tercer disco titulado “Rompiendo fronteras”.

Mérito propio

“Si hay algo que ponderamos es que la iniciativa de crear un grupo y de surgir fue solo de nosotros. Nuestros papás nos decían si les gusta, bien, pero un apoyo al 100% no lo tuvimos. Ellos nos repetían que el crecimiento tenía que ser bajo nuestros propios méritos y convicciones”, aseguró Wilson Hermosa, manager del grupo, en una entrevista con la periodista de El Deber, Nelfi Fernández.

Según se sabe, la participación del grupo Ch’ila Jatun en la 55 versión del Festival Internacional de Viña del Mar 2014 --el más importante de la región-- sucedió por invitación de los organizadores, quienes --cumpliendo sus normas-- eligieron la canción que concursaría (de no más de tres minutos y treinta segundos de duración) y la participación de sólo cinco de los ocho integrantes.

Los organizadores del festival chileno, en el que muy pocas veces ha dejado de participar Bolivia (Zulma Yugar, allá en los años 70 del siglo pasado, declinó concursar por el centenario lastre que enfrenta a ambas naciones); pusieron como condición a los Ch’ila Jatun que debían mantener en absoluta reserva la noticia hasta que se haga pública la lista oficial de los participantes.

Así fue, y cuando Los Kjarkas se enteraron comenzaron las severas preguntas: ¿A qué van a ir a Viña del Mar? ¿De vacaciones o a qué? y las paternales sentencias: No saben a lo que se están metiendo. Van a arruinar sus carreras.

“Yo les dije: Saben qué tíos, ustedes tuvieron una oportunidad en los 80, se fueron a Yamaha (Japón) a representar a Bolivia, allí sacaron el décimo lugar, fue algo sorprendente para ustedes y nosotros queremos hacer lo mismo”, les respondió Wilson, según cuenta en la entrevista de Nelfi Fernández.


Contra viento y marea

Desoyendo todo pronóstico adverso y sin ninguna ayuda económica, menos familiar,  los jóvenes cochabambinos se fueron a Viña del Mar y, contra viento y marea, superando resfríos, el miedo por la supuesta alta calidad que ostentaban sus adversarios de Chile, Colombia, Ecuador, Honduras y  Perú, hicieron gala de una calidad interpretativa indiscutible y de la riquísima cultura que celosamente guarda Bolivia.

Pero como era de suponer y como en este caso --posiblemente el único-- donde la cultura, el arte y la música aún no logran superar el conflicto de tierras y mares que enfrentan a las hermanas repúblicas de Chile y Bolivia, los Ch’ila Jatun perdieron con todo, ya que lo único que se les reconoció fue haber empatado con la intérprete chilena (acusada de plagio) que se llevó --por rutina-- todos los premios.

“Si hay algo que ponderamos es que la iniciativa de crear un grupo y de surgir fue solo de nosotros (...) pero un apoyo al 100% no lo tuvimos”.

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