La UPEA celebró ayer la décima entrada universitaria. Cientos de
universitarios tomaron la avenida Juan Pablo II para demostrar sus
coreografías y sus galas ante miles de asistentes.
La alegría fue la reina del evento organizado por la Universidad
Pública de El Alto (UPEA). Entre estudiantes, docentes y las típicas
bandas se brindó un espectáculo en el que se mostraron diversos tipos de
danzas.
En la décima edición de esta fiesta, 40 fraternidades hicieron su paso.
El punto de partida fue Villa Esperanza, donde se encuentra la
universidad. La columna de danzarines recorrió toda la avenida Juan
Pablo II y finalizó en la Cruz Papal.
Morenadas, caporales y diabladas fueron parte de las danzas pesadas.
Bandas con numerosos integrantes, coloridos trajes y las canciones más
conocidas se escucharon y corearon durante el desfile. Tobas,
chacareras, tinkus y otras danzas livianas pusieron el toque de
variedad. El cielo amaneció despejado y luego nubes amenazantes lo
cubrieron, pero la fiesta no paró. El público atendió a la invitación de
la UPEA y se acomodó para observar la demostración. Fue una jornada de
cultura.
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