Aproximadamente 2.000 personas se acercaron al escenario
principal de la Expocruz para participar de una noche dedicada a la
chacarera, chamamé, cueca y a otros ritmos del Chaco
Sandra Quiroga R. - Santa Cruz .
Una hora y media de retraso en el inicio del espectáculo sirvió para
reclutar a más chaqueños a la cita que rindió homenaje a esta región
boliviana. Un tímido público, en el que hubo asistentes con sombreros de
cuero, con polleras y hasta vestidos de ‘cambita’, demostró la
pluralidad nacional y el gusto por la música alegre de esta cultura.
El sonido de violines le abrió paso al ‘Negro’ Villagrán, que
debutó ante el público que lo reconoció silencioso durante 40 minutos.
Desde Villamontes, el intérprete trajo consigo chacareras, zambas,
cuecas y hasta cumbias, que fueron acompañadas por bailarinas que
agitaban sus faldas y varones que elevaban sus botas al aire. Villagrán
cerró su espacio con el tema Me hace falta, en un ritmo más bailado que
le propició una salida airosa.
Luego fue el turno de la joven artista Morelia, que tuvo un paso fugaz
por el escenario, con solo 20 minutos de actuación en los que cantó y
bailó, paseando su esbelta figura por la tarima. Sin muchas palabras y
tras entonar Sangre española, Morelia desapareció entre bambalinas y
dejó a cargo del micrófono al animador Carlos Langa, que convocaba
reacciones del público de Villamontes, Muyupampa, Camiri y de otras
poblaciones.
El ‘Negro’ Palma también estuvo presente, diferenciando su presentación
con los sonidos del bombo y del acordeón que desprendieron notas para
una cueca dedicada al río Pilcomayo y para un tributo a ritmos
orientales.
Cerca de la medianoche fue el turno del dúo Taricanto, integrado por
los esposos Gonzalo Riera y Ana Sorich, que se esforzaron en saldar las
deficiencias acústicas que hubo hasta ese momento. La temperatura
ambiental subió con la pareja que hizo cantar al público e incluso
arrancó risas con sus ocurrencias. El mejor momento de la pareja llegó
con Pecho de cristal, pues la letra era casi de conocimiento general.
Gonzalo y Ana se despidieron de los asistentes y sellaron su salida con
un beso.
La brecha ya estaba abierta. Tola Claudio apareció cubierta con una
elegante mantilla chapaca y el público cedió. ¡Cómo no hacerlo con la
simpatía de Tola!.
“A los viejos no los quiero ver, porque lo saben todo; a los jóvenes
los prefiero para enseñarles a mi modo”, dijo una de las tantas coplas
que alternó con sus canciones, entre las que estuvo el ático Rosita
pochi.
Pero, sin duda, las expectativas de la velada llegaron a su pico máximo
cuando apareció Dalmiro Cuéllar, caracterizando a un elegante chaqueño:
la mantilla al hombro, el sombrero y las botas bien puestos. En su
repertorio homenajeó a Santa Cruz con géneros orientales y además
recordó al desaparecido compositor chuquisaqueño Huáscar Aparicio, al
interpretar su éxito Hoy me iré.
Cuéllar estuvo casi una hora en escenario y destacó un enganchado de
huayños y chacareras, entre los que sonaron Vuelve, No quiero saber de
ti y Azúcar azuquitar.
En ruedos y batiendo al aire pañuelos, chompas, latas o cualquier
objeto, el público se rindió ante este chaqueño originario de Villa
Montes.
La llegada de la madrugada no ‘mermó’ al público que se quedó hasta las
2:30, para escuchar a Mario Cuéllar, que provocó un canto unísono con
el tema que alguna vez interpretó la ‘Negra’ Sosa, Zamba para olvidar
DOMINGO 29
18:30 - Rifa del padre Alfredo
20:30- Pablo Fernández
21:00 - Chichita Vega
21:30 - Katy Karamelo
22:00 - Camila
22:30 - Animal de Ciudad
23:00 - Toño Rosario
(internacional)
El Deber
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