Uno de los artesanos que realiza este trabajo es don José Ajhuacho en su taller denominado "Artesanías Oruro", quien nos contó que este nuevo trabajo es algo más difícil, pero que con paciencia se logra crear una obra realmente bella.
"Estamos haciendo de madera porque las matracas de quirquinchos ya están prohibidas, y están decomisando, aunque los que compraron anteriormente todavía las conservan, ahora estamos tallando la madera como una novedad, y estos tranquilamente pueden llevarlos al exterior, porque no hay riesgo", dijo Ajhuacho.
Es difícil, por eso cuesta carito, señala don Juan con una pícara sonrisa, porque las matracas talladas tienen un costo de 170 bolivianos, mientas que las demás que tienen formas más tradicionales, están a 100 bolivianos.
Explicó que se elaboran por etapas, por lo que tallar unos 20 quirquinchos les lleva una semana, y concluir el trabajo aproximadamente 15 días.
Indicó que si bien actualmente no existe mucha demanda de las matracas, es porque muchos danzarines conservan sus matracas de hace muchos años, por lo que sólo fabricaron 30 de madera.
El sonido de la matraca no varía entre una hecha de pura madera y una recubierta con la piel del quirquincho, pues sólo se trata de eso, de cubrir la caja de resonancia con el animal disecado.
Anteriormente, llegaban a la ciudad los quirquinchos disecados, traídos desde las provincias, y costaban alrededor de 60 bolivianos, sin embargo, hoy está prohibido comercializarlos.
Se pudo observar que la madera es el material que más se usa en la fabricación de las matracas de los diferentes conjuntos, por ejemplo la matraca de los morenos de la Zona Norte es un arpa, de la Morenada Mejillones un camión, y para las provincias se hacen matracas de muchas formas incluso de botellas de whisky.
La Patria
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