Tras un balance preliminar, el presidente de la Asociación de
Fraternidades Folklóricas, René Valdez, admitió graves falencias y
excesos en el consumo de bebidas alcohólicas en la nueva ruta, que deben
enmendarse para próximas versiones.
"No somos perfectos, hubo falencias, lo que nos obliga a seguir
trabajando para mejorar la faceta folklórica de Urkupiña, rescatando lo
positivo y dejando de lado lo negativo", dijo a tiempo de admitir
desbordes de los espectadores, especialmente en una cuadra de la calle
Soruco, que forma parte de la nueva ruta desde el pasado año.
Valdez sostuvo que los viejos problemas de la calle Pacheco donde todos
los años se afrontaba peleas, borracheras escandalosas y excesos de
algunos espectadores que realizaban toques impúdicos a las bailarinas,
ahora se trasladaron a la calle Soruco con grave riesgo para el
prestigio y fama de la Entrada folklórica.
Durante la Entrada de fraternidades, el excesivo consumo de alcohol en
las graderías de la calle Soruco por parte de jóvenes, señoritas y
personas mayores, empañó el éxito anhelado, ya que los desbordes fueron
controlados por efectivos policiales con el uso de la fuerza y agentes
químicos, que paralizó por más de media hora el desplazamiento de las
fraternidades.
Según un informe preliminar de la Fuerza Especial de Lucha Contra el
Crimen, alrededor de 30 personas fueron detenidas preventivamente por
causar desmanes y bochornos en las graderías, bajo el influjo enajenante
de las bebidas alcohólicas.
Para el dirigente de las fraternidades, estos excesos fueron evidentes
entre los espectadores y no así entre los bailarines, quienes tenían
instrucciones y advertencias radicales de privarse de beber alcohol.
Sin embargo, varios medios de comunicación mostraron el estado
inconveniente de muchos danzantes, especialmente de morenadas, pujllay,
caporales, tinkus y otros que se dieron modos para evadir el control
policial y soportar las inclemencias del tiempo con unas cervezas frías.
Ante el consumo masivo de alcohol, efectivos de la Intendencia
Municipal expresaron su impotencia, mientras que las autoridades
municipales demostraron su incapacidad y principio de autoridad para
hacer cumplir ordenanzas que restringen el expendio y consumo de bebidas
espirituosas.
Valdez anunció que solicitará a los miembros del Comité
Interinstitucional: Gobernación, Iglesia Católica, Alcaldía de
Quillacollo y directivos de las fraternidades, la realización de un
taller de evaluación para analizar estos aspectos que afean y
desprestigian la faceta folklórica de Urkupiña.
ANF
El Deber
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