Una de las primeras iglesias en lo que hoy es la ciudad de El Alto fue construida en 1950, en la zona 16 de Julio. Santa María de Los Ángeles es el nombre del templo que, en sus inicios tenía la particularidad de celebrar misas en latín, que luego eran traducidas por una misionera al aymara para los feligreses de la zona y sus alrededores.
Pedro Yujra tiene 68 años de edad y fue testigo
presencial de los asentamientos de la fe católica en lo que hoy es una
de las ciudades más pobladas de Bolivia. “Yo fui monaguillo porque las
madrecitas (que eran profesoras de la escuela Santa María de los
Ángeles) me escogieron y dijeron que debía aprender a rezar en latín”,
recordó.
En 1950, un grupo de transportistas del
sindicato de transportistas San Cristóbal erigió el santuario. Yujra
recuerda que el templo “era pequeño, hecho de abobes y con techo de
paja”, sobre una superficie de no más de 1.000 metros. Posteriormente,
comerciantes del mercado 16 de Julio, junto a los Padres Franciscanos y
las Misioneras Siervas de María que provenían de Perú, mejoraron y
ampliaron las instalaciones y lo bautizaron como Virgen del Carmen.
“Las misas se celebraban en latín. El sacerdote enseñaba las oraciones en este idioma al grupo de monaguillos para que le ayuden en la misa”, informó uno de los habitantes más antiguos de la zona, que el próximo 16 de julio celebra un aniversario más de vida con una entrada folklórica, considerada una de las mayores de esta ciudad con fuerte presencia de migrantes del área rural.
El latín es una antigua lengua que se configura como la base de muchas otras, como el español, el italiano, el francés y el portugués, entre otras. La Iglesia continuó utilizándola como lengua litúrgica hasta los años sesenta, cuando se realizó el Concilio Vaticano II. Hoy en día es considerada, junto al italiano, como la lengua oficial del Vaticano.
Esta característica de las celebraciones litúrgicas también fue recogido en el libro “Comunidad Viva”, publicado en conmemoración de los 50 años de la Iglesia. En 1957, los Padres Franciscanos, con la ayuda de los vecinos de la zona 16 de Julio, erigieron el actual templo y lo bautizaron como Santa María de los Ángeles, en honor a una capilla italiana.
La hermana Rosa Carrión, cada domingo después de la misa reunía a los feligreses en el patio de la parroquia y traducía la liturgia del latín al aimara. “Hablaba de la palabra de Dios y del Santo Evangelio. La madrecita era aimarista por eso los vecinos la querían mucho”, indicó Yujra, quien recordó que, junto al resto de vecinos lloró cuando la misionera fue destinada a Sorata, en 1963.
En el pasado, sólo los domingos había misas. Se oficiaban matrimonios, bautizos y prestes, mientras que las misas para los difuntos estaban programadas para cada martes y en español. “Recuerdo que las mesas en el templo eran solo unas tablillas apoyados por adobes o piedras grandes. Después se hicieron los banquillos”, sostuvo.
“Siendo niña asistía todos los domingos a la misa, junto a mi mamá estábamos desde las 06.30”, rememoró Antonia Huayhua de Yujra, quien, junto a su esposo es la preste de la fiesta en honor a la Virgen del Carmen, patrona de la zona y de la iglesia Santa María de los Ángeles. Hoy es la preentrada en la zona, conocida también por la feria 16 de Julio que concentra a miles de comerciantes y compradores los días jueves y domingo.
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